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Dr. Sergio Bozzo, Facultad de Medicina de la Universidad de Chile: “La telemedicina es una opción que aporta y no viene a reemplazar lo tradicional simplemente porque sí”

El académico destaca la trascendencia que tienen los recursos telemáticos para la acortar las brechas en atención, sobre todo en el marco de la pandemia. Sin embargo, observa que aún hacen faltan regulaciones específicas, y responder a dudas razonables frente a quienes prefieren la atención tradicional.



El doctor Sergio Bozzo es médico cirujano formado en Universidad de Chile, internista certificado por CONACEM, Magíster en Educación en Ciencias de la Salud, director académico Hospital San Juan de Dios y entusiasta colaborador del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS) y del CIMyt. “Hace años –señala- estoy cooperando en introducir en la formación de pregrado de Medicina la informática médica y la telemedicina”

¿Qué desafíos presenta la telemedicina, especialmente en pandemia?

“La razón de ser de la telemedicina es ofrecer soluciones cuando la distancia es un problema relevante para una oportuna atención de salud, para llevar atención especializada a lugares distantes, o de acceso difícil o riesgoso. Como todo sistema, posee beneficios y desventajas, por lo que es clave hacerle para sacarle la máxima potencialidad a los recursos telemáticos. En este sentido, queda mucho por hacer y debemos pensar en su uso más allá de la pandemia”.

¿Cuánto se ha avanzado?

Bastante. Desde el punto de vista normativo, si bien los principios jurídicos que regulan la atención de salud en general son aplicables —especialmente todo lo considerado en la Ley de Deberes y Derechos de los Pacientes—, se requieren regulaciones específicas más allá de la contingencia dada por la pandemia. Hay que destacar el esfuerzo a muchos niveles. Está el trabajo del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS) en el desarrollo de capital humano e interoperabilidad. En Telemedicina, destaco la Guía de Buenas Prácticas y Recomendaciones en Telemedicina durante epidemia de Covid-19 en Chile, (https://cens.cl/guia-buenas-practicas-telemedicina/) y el lanzamiento de un Sello de Calidad de Software en Telemedicina, dirigido a la evaluación y medición de la calidad técnica y clínica de softwares para la prestación de servicios de telemedicina.

¿Cree usted que la opinión pública en general está bien informada respecto de los beneficios de la medicina a distancia?

Ahora hay más conocimiento que antes de la pandemia, pero sin duda falta mucho aún. Para los pacientes, el ahorro de tiempo en traslados y la comodidad hacen que la telemedicina luzca atractiva, pero hay dudas razonables, especialmente en quienes están más acostumbrados a la atención tradicional, respecto de su resolutividad. Y hay razones para ello. Las “telecompetencias” de usuarios y profesionales pueden dificultar el proceso, así como el miedo a cierta despersonalización de la atención, y la falta de examen físico, generan resistencia.

¿Qué recomendaciones podría entregar usted sobre comunicación efectiva para telemedicina?

La comunicación efectiva es fundamental, especialmente en la teleconsulta por videollamada en tiempo real. Destacaría la relevancia que adquieren los elementos no verbales, en especial el contacto visual y el silencio. La entrevista misma y la elaboración de la anamnesis probablemente no difieran de una consulta presencial, mientras que la obtención de datos del paciente, así como la continuidad de la atención, se enriquecen con la integración del registro clínico, la disponibilidad de resultados de exámenes en línea y la posibilidad de hacer recetas, licencias, certificados, o comunicarse con el resto del equipo de salud.

Para avanzar en el desarrollo adecuado de la telemedicina, ¿Qué se requiere? 

Es necesario que la opinión pública vea en la telemedicina una opción que aporta cuando la distancia es un problema para la atención oportuna, y no que viene a reemplazar lo tradicional simplemente ‘porque sí’. Debe verse como parte de un desarrollo sistémico, donde se aprecien el esfuerzo profesional y técnico dirigidos a la solución efectiva y oportuna de problemas de los usuarios. También es importante para la opinión pública la accesibilidad a telemedicina, de manera que el acceso equitativo a la telemedicina sea una realidad. La diferencia de acceso a recursos telemáticos de nuestra población puede ser una “distancia” que paradójicamente le reste el mérito principal que luce la telemedicina, que es el acceso oportuno a la atención”.

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