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Volumen 3 N° 6/ 2015

Salud Intercultural en Chile

Escenarios de una medicina integradora

La Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes incorpora algunas garantías mínimas de respeto a las culturas originarias. Falmed Educa explora las bondades y dificultades de una medicina que amplía su mirada a otras prácticas sanatorias.

Por Alejandra Fuentes y Patricio Alegre.
Revista: Volumen 3 N° 6/ 2015

“ La dimensión conceptual de los sistemas médicos está determinada directamente por la cultura de los pacientes y profesionales. Analíticamente corresponde a los modelos que explican y fundamentan la enfermedad”. La cita anterior forma parte de los preceptos expuestos por Bonnie Blair O’Connor, en su libro “Healing Traditions. Alternative Medicine and The Health Professions”, escrito en la Universidad de Pennsylvania en 1995.

Esta publicación abrió el debate médico a nivel mundial y también en Chile sobre la implementación del nuevo modelo de salud intercultural. Ante esto, nuestro país debió actualizar la normativa como parte de las obligaciones internacionales adscritas con relación al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Tras una extensa discusión en el Congreso Nacional, el tema fue incluido en el artículo siete de la Ley 20.584 de Deberes y Derechos de los Pacientes.

La norma obliga a los prestadores institucionales públicos a asegurar el derecho de las personas de pueblos originarios a recibir una atención con pertinencia cultural.

Además, debe garantizar al menos el reconocimiento, protección y fortalecimiento de los conocimientos y prácticas de los sistemas de sanación de los pueblos originarios; la existencia de facilitadores interculturales y señalización en idioma español y del pueblo originario que corresponda al territorio; y el derecho a recibir asistencia religiosa propia de su cultura.

Sin embargo, el complejo abanico de estrategias para materializar la interculturalidad en la medicina -como proceso de acercamiento del sistema médico occidental al modelo de medicina tradicional- no ha estado exento de complicaciones.

El Presidente del Colegio Médico, Dr. Enrique Paris, comenta que “le hemos solicitado al Ministerio de Salud capacitaciones a los facultativos que se desempeñan como Médicos Generales de Zona en sectores de alta presencia de pacientes de pueblos originarios. Sin embargo, aún no recibimos una respuesta”.

Por su parte, el presidente de los médicos EDF en Arauco, Dr. Sebastián Cerda, indica que “a nivel de pregrado, no existe una preparación intercultural; quizás uno que otro concepto en algún ramo relacionado con la antropología médica, pero no es un tema recurrente”. Asegura que este panorama se vive en todas las universidades.

En el mismo sentido, el vicepresidente del Consejo Regional Concepción, Dr. Germán Acuña, sostiene que es necesario “que haya educación por parte de las facultades de medicina, que hoy es prácticamente nula”. Pero la falta de preparación no se circunscribe sólo al ámbito académico. Según el Dr. Acuña “en cuanto a la capacitación por parte de los servicios de salud, la situación es bastante variopinta, porque tenemos servicios que en momentos han hecho las cosas con mucha vocación, ganas e ímpetu y que en otros momentos lo han hecho muy ligeramente. El tema es todavía una tarea pendiente”, concluye.

Ante esto, el Dr. Paris solicita a los médicos que se desempeñan en ese ámbito “que aprendan de otras culturas y que se acuerde un trabajo conjunto con sus sanadores y autoridades indígenas para trabajar con respeto a sus costumbres”.

La máxima autoridad del Colegio Médico señala que la Orden se apronta a implementar una nueva unidad encargada de avanzar en materia de medicina intercultural. “Eso fue un acuerdo del Consejo General y ya tenemos dos médicos encargados que están trabajando, tanto en el norte como en el sur del país, para avanzar en este aspecto”.

ATACAMEÑOS

En San Pedro de Atacama, los Dres. Fernando Maulén y Alfredo Urrutia viven una bella experiencia profesional, atendiendo las necesidades del pueblo atacameño en el consultorio rural de la comuna.

El Dr. Urrutia detalla que su experiencia en el poblado le ha permitido aprender a conectarse con las costumbres atacameñas en su diario quehacer como médico. “Los likan-antai tienen una cosmovisión andina eminentemente ecológica y de respeto a la biodiversidad. Por ejemplo, son capaces de postergar una hora de atención si uno de sus animales no ha sido alimentado. Para ellos los integrantes de su ganado son hermanos en la naturaleza que merecen respeto permanente”.

Para el Dr. Fernando Maulén, la necesidad de infraestructura en la zona es un tema fundamental. “Siempre ha sido el deseo del pueblo atacameño o likan-antai contar con un mejor equipamiento para afrontar la creciente demanda, provocada no sólo por un mayor número de nacimientos en el poblado, sino que también, por la alta circulación de turistas”.

El nuevo director del Servicio de Salud de Antofagasta, el dentista Dr. Zamir Nayar, reconoce que extendió la petición conjunta, del Consejo de Pueblos Atacameños y de la alcaldesa Sandra Berna, a las autoridades del Ministerio de Salud. El sueño es contar con el que sería el primer recinto médico intercultural en el norte de Chile. “Hay muchos antecedentes técnicos que sostienen esta decisión y hay voluntad política para inyectar los recursos que sean necesarios. La idea es contar con un nuevo dispositivo de salud superior al actual, cuyo tamaño va a depender de los dineros”, puntualiza el Dr. Nayar.

En Calama, gracias a las gestiones del ex director de la Conadi, Wilson Reyes, y del alcalde de la comuna, Esteban Velásquez, ya se instaló señalética en kunza en el Hospital Dr. Carlos Cisternas y en los consultorios de la ciudad, además de la incorporación de una sala de atención con dos facilitadores en el mentado centro hospitalario.

El ex directivo de la Conadi señala que “existen actualmente 80 sanadores en la zona de Alto Loa y Atacama La Grande, pero necesitamos que las autoridades avancen hacia la integración efectiva entre ellos y los médicos, esa es la tarea”.

ZONA MAPUCHE

 “No existe ningún sistema médico que solucione en un 100% todos los problemas de salud, por ende, uno debería dar la posibilidad de que otras concepciones sobre la salud, la enfermedad, la vida y la muerte, se pudieran aplicar en un determinado caso”, explica el Dr. Nelson Vergara, traumatólogo del Hospital Intercultural de Cañete.

El Dr. Vergara reconoce que su interés en el tema tiene larga data. “Mi padre es antropólogo y mi madre arqueóloga, por lo que desde niño el estudio de otras culturas fue un tema natural para mí”. Cuenta que en 1993, durante os trabajos voluntarios de verano en Tirúa, se consagró su interés por el tema. “Allí vimos la cara más dura de la pobreza, de la discriminación y del olvido. Algunos compañeros no quisieron volver nunca más, pero yo visualicé, detrás de esas condiciones tan negativas, la persistencia de una cultura, de un orgullo y de una forma de ver la vida, la enfermedad, la salud y la muerte completamente diferente. Me fasciné con eso”, señala.

Según el Dr. Vergara, el modelo de salud occidental gira en torno a la enfermedad, mientras el mapuche lo hace en torno a la salud. La sociedad occidental se ha centrado en sanar la enfermedad y no en mantener la salud. En sentido distinto, el modelo de salud mapuche busca el equilibrio y armonía de la persona con el entorno. “No somos dioses, somos los visitantes y como tal, debemos llegar humildemente, observar, ubicarnos en el tiempo y espacio, luego aprender.

Debemos siempre abogar por una buena relación entre la familia, el paciente y el equipo de salud, ahí nosotros lideramos. Debemos aprender que no existe una sola forma de hacer las cosas bien, teniendo la mente abierta para recibir desde el otro lado. Los mapuches tienen una cultura interna, la que no es ni mejor ni peor que la tuya o la mía, sólo es distinta”, indica el facultativo.

De acuerdo al Dr. Vergara son pocos los casos en que ha habido conflicto y en los que la machi haya solicitado suspender el tratamiento. “Cuando esto ocurre uno le pregunta al paciente y a la familia si están de acuerdo. Ellos toman la decisión y en caso de ser necesario, se utiliza el consentimiento informado y uno queda resguardado”.

 

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