Nueva Ley N°21.634 moderniza el Sistema de Compras Públicas
Por Diego Vega, Abogado FALMED.
23/09/2024
Volumen 3 N°7/ Septiembre 2015
Oportunidades y amenazas de la irrupción tecnológicaLa irrupción de las redes sociales, la masificación de los aparatos tecnológicos y la eterna disponibilidad del Dr. Google son fenómenos que están cambiando la concepción tradicional de atención médica.
Por Pedro Soto y Juan Pablo Muñoz.
Revista: Falmed Educa / Año 3 / N°7
De acuerdo a cifras oficiales de la Subtel, en marzo de 2015 operaban en Chile más de veintitrés millones de teléfonos celulares. En el mismo período se produjeron más de diez millones de conexiones a Internet móvil. A la fecha, más de once millones de chilenos tiene una cuenta en Facebook. Estos números son expresivos de un fenómeno en aumento.
La penetración de Internet en nuestras vidas es una realidad que ha multiplicado las vías de comunicación y ha posibilitado un acceso ilimitado a la información. El campo de la medicina no ha quedado exento de las transformaciones que este fenómeno ha introducido en la manera en que los seres humanos nos relacionamos.
Según cifras de Google, una de cada veinte búsquedas en su motor refiere a un problema de salud. Por su parte, la enciclopedia online Wikipedia incluyó en sus temas médicos una advertencia indicando que su información “no puede sustituir el consejo de un médico”.
La Dra. Mónica Lalanda, urgencista española, es una activa usuaria del ecosistema de la información digital y se dedica a diario a pensar la medicina desde los cambios que inducen estas nuevas plataformas.
Desde España comenta a Revista Falmed Educa su manera de mirar el problema: “La medicina ha evolucionado de forma progresiva y lenta a lo largo de la historia y, de vez en cuando, ha habido avances tremendos que han aportado muchísimo en el cuidado de los pacientes y el manejo de la enfermedad. Internet es en el siglo XXI a la medicina lo que en otras épocas han sido la anestesia, los antibióticos o los rayos X. Las nuevas tecnologías de la información suponen un enorme salto”, indica la facultativa.
¿De qué se tratan estos cambios? Según la Dra. Lalanda, “la relación médico-paciente –hasta hace poco circunscrita a las consultas, las camas de hospital o la casa del propio paciente– cambia, evoluciona, se abre. La medicina sale a la calle dando lugar a una nueva era, a un nuevo paradigma”, explica.
El Dr. Roberto Verdugo, psiquiatra integrante del Centro de Estudios de Jurisprudencia y Educación de Falmed, coincide en que estamos viviendo cambios paradigmáticos en la relación médico-paciente. “Si teníamos por cierto un modelo en que el médico controla los temas, hace preguntas cerradas, espera adherencia del paciente y determina diagnóstico y tratamiento, ahora transitamos hacia un paradigma en que el paciente maneja mayor información, espera mayor empatía y quiere ser partícipe de las decisiones. Este escenario es altamente complejo porque se genera una ambivalencia: por un lado tenemos un paciente que quiere participar de las decisiones, pero que entrega toda la responsabilidad al médico en caso de un problema. Por otro lado tenemos a un médico que espera compartir las responsabilidades, aunque está poco dispuesto a ceder espacio en las decisiones. Son dos paradigmas que conviven y tenemos que aprender a navegar entre ellos”, señala el especialista.
LOS AVATARES DEL DR. GOOGLE
Al tiempo que se multiplican las posibilidades de acceso a Internet, crecen también las probabilidades de que los pacientes lleguen con información previa a la consulta, o que comparen las indicaciones médicas a posteriori con lo que encuentren en la red. Los expertos coinciden en apuntar que esta realidad trae tanto oportunidades como amenazas para la relación médico-paciente.
En cuanto a las oportunidades, el Dr. Mario Hitsdchfeld, uno de los autores del manual de redes sociales de Colegio Médico de Chile, comenta que “siempre parto de la premisa que un paciente bien informado es un buen paciente. Entonces, cualquier medio que permita educar mejor al paciente y a la población en general, es bienvenido”.
Para el Dr. Jorge Cuevas, también coautor del manual de redes sociales de Colmed, un paciente más informado es un paciente “en el que uno puede delegar más la responsabilidad y el tratamiento a seguir y que ésta sea una decisión informada. También considero que es una oportunidad porque nos obliga a mantenernos actualizados en los temas en medicina, la cual está en constante cambio”, indica el facultativo.
Sin embargo, la calidad de la información disponible, o las posibilidades que tiene un paciente sin formación médica de ponderarla, juegan en contra de esta oportunidad de mayor información.
La Dra. Lalanda comenta que “para el paciente que accede a buscar sus síntomas en Google, la cantidad de información es tanta y tan desorganizada –y a menudo mezclando la fiable con la peligrosa- que puede confundirle e incluso dañarle”.
Para el Dr. Hitsdchfeld el punto también es crítico. “Internet posee muchos sitios que entregan información equivocada. Esto es lo que genera resquemor en muchos médicos. Pero sentirse amenazado por ello es un error, es negarse a una realidad: el paciente busca información en internet. La conducta recomendada es educar al paciente sobre qué sitios son los correctos para consultar, y las instituciones de salud debiesen tener sitios educativos patrocinados por ellas para facilitarle esta tarea al médico y al paciente”, destaca el facultativo.
El Dr. Cuevas añade que “la medicina no es una receta de cocina que se puede aplicar un mismo tratamiento para una misma persona, cada persona es completamente distinta a otra”, razón por la cual es insustituible el rol del médico en el tratamiento de la enfermedad.
El Dr. Verdugo, especialista en temas de comunicación efectiva en Falmed, recomienda “utilizar a su favor la información previa que trae el paciente. No la descarte a priori, sino que indague sobre ella. Puede que el paciente tenga información, pero no está formado ni es su responsabilidad poner en perspectiva, contextualizar y ponderar dichos datos. Es el médico quien sabe cómo jerarquizar y evaluar, por lo que recomiendo poner la información de su lado y sacarle partido con el conocimiento médico”, puntualiza el Dr. Verdugo.
MÉDICO DE LAS REDES
“Todas las Redes Sociales llegaron para quedarse, uno no puede mantenerse al margen y es mejor tomar el sartén por el mango, que estar dentro del sartén”, plantea el Dr. Cuevas, uno de los autores del manual “Social Media para Médicos”, publicación pionera a nivel hispanoamericano que sentó las primeras bases sobre cómo los médicos deben interactuar en las redes sociales.
La publicación, realizada al alero del Colegio Médico de Chile, fue lanzada en 2012 y contó con la participación de los Dres. Mario J. Hitschfeld, José Luis Contreras, Camilo Erazo, Christian García, Rubén Gennero y Jorge Cuevas.
El Dr. Cuevas comenta las particularidades del proceso: “Hace tres años, cuando nos juntamos a crear el manual, los Social Media no eran un tema de vanguardia, sino herramientas del día a día para personas comunes y corrientes. Y nos dimos cuenta que no existía conciencia de que estas herramientas estaban permeando fuertemente otros ámbitos más allá de la vida privada, tales como, en el caso de los médicos, el modo de interactuar con el paciente o la información a la que ellos tienen acceso. Así que, como primer objetivo, el manual cumplió un rol difusor”, recalca.
El manual chileno fue un referente para la Dra. Lalanda, que en España hizo de coordinadora en la elaboración del “Manual de estilo para médicos y estudiantes de medicina sobre el buen uso de Redes Sociales”.
Según la urgencista, “hay siete zonas de posible conflicto en las cuales el médico debe ser particularmente cauto. La más importante es, sin duda, la confidencialidad del paciente. El secreto médico constituye uno de los pilares de la medicina y la razón primera por la que el paciente se viene fiando de nosotros desde tiempos hipocráticos. El médico puede caer en la tentación, por un espíritu altruista (o en su defecto, comercial) o científico de responder a consultas médicas ´en abierto´ o de comentar datos o colgar fotos o información de pacientes reconocibles. Aconsejamos redirigir preguntas y consultas a páginas de contenido claro y fiable o redirigir a su propio médico”, advierte categóricamente.
En un segundo aspecto, la Dra. Lalanda observa que “los médicos debemos mantenernos cautos en la huella digital que vamos dejando como profesionales. La imagen de nuestra profesión, ahora mucho más visible, debe mantenerse siempre merecedora del respeto y sobre todo la confianza social de la sociedad a la que servimos. Comentarios soeces, fotos inadecuadas, dan una cara de la profesión que no es apropiada. Si no decide presentarse en redes sociales como médico, debe hacer honor a nuestra profesión. Ojo que no hablo de corporativismo, sino de confianza social”, declara.
“Y en tercer lugar, debemos ser cuidadosos en no usar las redes como campo de batalla para solucionar conflictos que en su mayoría vienen de lejos. Por ejemplo, los problemas entre médicos espacialistas en el hospital y médicos especialistas en Atención Primaria. Las redes sociales nos dan una herramienta fantástica para trabajar juntos y así deberíamos usarlas”, finaliza la Dra. Lalanda, quien además de médico es ilustradora.
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