Comuniquémonos con empatía
Especialistas en el estudio de la relación médico paciente destacan el desarrollo de habilidades comunicacionales para lograr mejores resultados en la salud de los pacientes, pero también como una herramienta que favorece la seguridad del profesional.
Los entrevistados también coincidieron en la necesidad de que los profesionales de la salud manejaran las que se conocen como “habilidades blandas”, identificando estas cualidades como una fortaleza para la satisfacción usuaria.
" Hay evidencia clara que tu vida como médico va a estar mucho más tranquila si usas habilidades comunicacionales.
Dra. Phillipa Moore C., Docente Asociada del Departamento de Medicina Familia PUC.
Los resultados del estudio cualitativo de la Superintendencia coinciden con la experiencia internacional. En 2016, investigadores de la Universidad Médica de Innsbruck, en Austria, buscaron describir la influencia de la comunicación médico paciente, revisando 25 estudios publicados entre 2000 y 2015. Entre sus conclusiones, señalaron que los facultativos con mejores habilidades comunicacionales ofrecían mejor apoyo emocional a sus pacientes, les consultaban más sobre sus preocupaciones y les pedían el cumplimiento de metas. De este modo, observaron que los profesionales no solo lograban una buena relación médico paciente, sino también alcanzaban una mayor adherencia a los tratamientos.
Hay evidencia clara que tu vida como médico va a estar mucho más tranquila si usas habilidades comunicacionales.
“Hay un estudio de Canadá que tomó los exámenes nacionales de los médicos y los siguió por 10 años. Los médicos que estaban en el percentil bajo de habilidades comunicacionales tenían tres veces más reclamos que los que estaban en el percentil más alto. Ahí hay evidencia clara que tu vida como médico va a estar mucho más tranquila si usas habilidades comunicacionales”, destaca.
Entrenamiento en habilidades comunicacionales
En el artículo “Enseñanza de la empatía en Medicina”, publicado en la Revista Educación de Ciencias de la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (2005), el médico psiquiatra Marcelo Fasce recoge la importancia de desarrollar la empatía en las futuras generaciones de profesionales.
El Dr. Fasce señala que la empatía puede entenderse como la capacidad de acercarse afectivamente a un tercero. Dado que los pacientes esperan este acercamiento emocional de los profesionales, actuar con empatía mejoraría la relación con los pacientes, favoreciendo los diagnósticos, la adherencia a los tratamientos y los resultados y reduciendo los costos en salud.
La benevolencia, muy criticada durante muchos años, es central en la actuación de los profesionales de la medicina. Para desarrollarla, es necesario que los futuros médicos sean capaces de percibir las necesidades de sus pacientes.
Algunos autores plantean que la empatía, como parte del proceso comunicativo, consta de tres etapas claves: escuchar validando las emociones, identificar las preocupaciones y terminar con una etapa de compasión y ayuda al paciente.
El Dr. Luis Miguel Pastor García, catedrático de la facultad de medicina de Murcia, España, editor jefe de los cuadernos de bioética y actual presidente de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica, manifestó para esta revista que entre los médicos españoles “existe una concienciación de la necesidad de poseer esas habilidades y esto ha suscitado algunas iniciativas en el ámbito de la formación de los médicos internos residentes y en algunos postgrados de la Universidad. En los últimos años esta materia aparece también dentro de las disciplinas de grado relacionadas con el módulo: Medicina Social, Habilidades de Comunicación e Iniciación a la Investigación”.
Precisamente el Real Decreto 1393/2007 referido a la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales españolas menciona que entre las competencias que los estudiantes de medicina deben adquirir está “establecer una buena comunicación interpersonal que capacite para dirigirse con eficiencia y empatía a los pacientes, a los familiares, medios de comunicación y otros profesionales”.
“Los docentes tenemos la obligación de conseguir que al mismo tiempo que los alumnos obtienen unos mínimos formativos científicos al finalizar el grado, también los alcancen en la comunicación interpersonal, porque la comunicación con el enfermo es esencial para el ejercicio de la medicina”, enfatiza el Dr. Pastor García.
Una experiencia internacional que profundiza el desarrollo de la empatía y las habilidades blandas es la estrategia de “Entrenamiento en el Cultivo de la Compasión”, programa desarrollado por el Centro de Investigación y Educación para la Compasión y el Altruismo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Standford, Estados Unidos. Un grupo de psicólogos clínicos e investigadores interdisciplinarios abordaron la necesidad de dar respuesta a los problemas detectados en la formación en medicina y el trato deshumanizado hacia los pacientes, mediante las denominadas “comunidades compasivas”.
Consultado por estas estrategias, el médico especialista en materias éticas, señala que “la benevolencia, muy criticada durante muchos años, es central en la actuación de los profesionales de la medicina. Para desarrollarla, es necesario que los futuros médicos sean capaces de percibir las necesidades de sus pacientes, lo cual requiere empatía y hacerse cargo del estado anímico de ellos”.
La docente asociada del Departamento de Medicina Familiar de la PUC, Dra. Phillipa Moore, fue la responsable de introducir en Chile, hace algunas décadas, la experiencia de los pacientes entrenados que enfrentaba a los estudiantes de medicina a pacientes ficticios y sus entrevistas clínicas eran evaluadas desde la mirada del paciente. Esta estrategia, recuerda la Dra. Moore, permitió a la Unidad de Pacientes Entrenados de la PUC contar con más de 35 actores profesionales.
“Al tener un paciente simulado en tu docencia se pone al paciente en el centro de la enseñanza de los alumnos”, destaca la Dra. Phillipa Moore.
La reticencia a los temas comunicacionales de algunos de sus colegas fue constatada por la investigadora. Sin embargo, valora el cambio positivo de las nuevas generaciones de médicos. “Cuando comencé a enseñar comunicación cuestionaron el contenido que yo enseñaba. Hoy en día ese cuestionamiento puede ser respondido con evidencia bastante dura, hay algunas evidencias de primer nivel de ensayo que muestran distintas habilidades que mejoran los out coming en los pacientes”, agrega la Dra. Moore.
La sicóloga María Luz Bascuñán coincide en que la formación en comunicación no puede ser sólo teórica, pues necesita práctica e instancias de autoreflexión para que cada profesional identifique sus recursos y dificultades. A su juicio, “la clave está en generar una práctica pero reflexiva. Es decir, no se trata sólo de ‘aprender haciendo’ sino que también ‘pensando en lo que se hace’”.
¿Es posible evaluar y desarrollar una entrevista clínica enriquecedora, y una comunicación efectiva con el paciente en sólo 15 minutos? En el artículo “La comunicación médico paciente: ¿Cuáles son las habilidades efectivas?, la Dra. Moore menciona un estudio que comparó a médicos que se comprometieron con la atención centrada en el paciente y otros profesionales que no lo hicieron. Mientras los primeros se tomaron en promedio 8,5 minutos por consulta, los últimos lo hicieron en 7,8 minutos, es decir una diferencia de menos de un minuto.
Por eso, su sugerencia es construir un vínculo al inicio de la entrevista. “Los primeros minutos son claves. Si logras crear un buen vínculo al inicio, la relación fluye de ahí en adelante”. Algunos consejos prácticos son establecer el contacto inicial con la mirada y la postura, saludar al paciente por su nombre y evitar que tomar notas en el computador interfiera en el diálogo. Para escuchar al paciente, se recomienda hacer preguntas abiertas, identificando los motivos de la consulta y los problemas del paciente. Estos primeros pasos son esenciales para una comunicación de excelencia que construya una adecuada relación médico paciente.