Nueva Ley N°21.634 moderniza el Sistema de Compras Públicas
Por Diego Vega, Abogado FALMED.
23/09/2024
La calidad y seguridad del paciente es un área fundamental para los hospitales del mundo y también de nuestro país, muy especialmente en el contexto de una pandemia como la provocada por el SARS- CoV-2. A través de experiencias e indicadores, revisamos los esfuerzos realizados en los establecimientos de la red asistencial pública en relación al cumplimiento de estos estándares.
Por Patricio Alegre Aros, periodista Falmed.
Los testimonios y antecedentes provenientes de expertos miembros de Comités de Promoción de Calidad y Seguridad del Paciente en hospitales de Chile, sumado a los resultados del último informe del Ministerio de Salud (Minsal), denominado Cumplimiento de Normas de Seguridad del Paciente y Calidad de Atención, en Red de Prestadores públicos de atención cerrada, correspondiente al análisis de los años 2018, 2019, 2020, dan cuenta del sostenido esfuerzo en el país por implementar una política de calidad y seguridad en los recintos hospitalarios.
En dicho informe, dado a conocer en diciembre de 2021, se concluye que incluso la sobrecarga asistencial provocada por la pandemia de SARS-CoV-2, no mermó la labor de esta importante área, gracias al esfuerzo de dichos equipos de expertos en mantener una adecuada gestión para contribuir a la mejora continua de los procesos claves para la acreditación y calidad para la seguridad y satisfacción de los pacientes.
Fue el 12 de septiembre de 2013, a través de la Norma General Técnica N° 154 sobre el Programa Nacional de Calidad y Seguridad en la Atención en Salud, que el Minsal estableció que en cada hospital del país debe existir un encargado de calidad. Entonces, los recintos debieron cumplir con la misión entregada por la iniciativa central, para implementar, monitorear y evaluar todas las normas y protocolos asociados a la calidad y seguridad del paciente e introducir las medidas de mejora necesarias, modelo que también es replicable, en lo que corresponda, en aquellas instalaciones que prestan atención abierta o ambulatoria.
El informe de Calidad y Seguridad de los Pacientes del Minsal de 2018 a 2020, toma en consideración que existe una disparidad de situaciones, en las que es posible encontrar recintos de amplio tamaño y complejidad, con seis a ocho profesionales a cargo de la materia, como también otros establecimientos del mismo tenor, pero con solo dos personas contratadas como asesores.
De acuerdo con el ordinario Nº C37 3945 del 9 de diciembre de 2021, el jefe de Gabinete de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, abogado Nicolás Duhalde, informó “que en términos generales, se pudo observar una alta adherencia al reporte de indicadores (de calidad y seguridad), alcanzando un 100% a nivel de los 186 establecimientos de salud durante el 2018, un 99% (185 de 186) en 2019 y el 96% de dichos recintos, es decir 176 de 186 durante 2020”.
Con respecto al cumplimiento de los indicadores, el informe de Calidad y Seguridad del Paciente del Minsal recalca que “se observó una distribución heterogénea en el periodo, destacando un mayor cumplimiento en los indicadores asociados a prevención de úlceras por presión, aplicación de lista de chequeo quirúrgico, transfusiones y mantenimiento de equipos médicos, manteniéndose, sin embargo, una menor adherencia a la aplicación de medidas preventivas de enfermedad trombo embolica en pacientes quirúrgicos”.
Dado lo anterior, a modo de conclusión y sugerencia general, “se hace necesario propiciar iniciativas locales que involucren la promoción de una cultura de seguridad, entre todo el equipo de salud, con participación activa de los directivos en su rol de liderazgo”.
Sin embargo, es importante aclarar que a la fecha nuestro país no cuenta con un ranking que permita comparar los resultados de calidad y seguridad entre hospitales. Ello porque los indicadores que se evalúan en nuestro sistema de acreditación son de procesos y dada la variabilidad en la complejidad de los procesos asistenciales y perfil de pacientes de los establecimientos a lo largo del país, dichos resultados no son comparables entre ellos de no realizarse un ajuste.
Talca
A nivel regional, uno de los recintos de salud que ha realizado un enorme esfuerzo en materia de acreditación para la calidad y seguridad del paciente, es el Hospital de Talca. De acuerdo con lo informado por Scarlett Eriz Alegría, Jefa (s) de la Unidad de Calidad Seguridad del Paciente Hospital Regional de Talca, la misión del Departamento de Calidad es velar por la seguridad de los usuarios. “Es una tarea no fácil, ya que participamos desde el acompañamiento en la protocolización de los procesos clínicos y su revisión, hasta el seguimiento de estos en las prácticas clínicas. Asesoramos en la toma de decisiones en múltiples procesos clínicos y de apoyo”, explica.
Entre sus principales labores, destaca el impulso a la mantención del estándar de acreditación. “Debemos velar por el cumplimiento de los indicadores de seguridad declarados por el Minsal, además de la tecno vigilancia de los dispositivos médicos en plena coordinación con el ISP, y mantener la autorización sanitaria de las dependencias hospitalarias asesorando en cada construcción y/o remodelación. No siempre la adherencia de los trabajadores es la óptima, por lo que constantemente debemos asesorar a los equipos y capacitar”, enfatiza.
La experta comenta que un primer avance fue consolidar la Unidad de Calidad dentro del recinto. Este trabajo fue fundamental durante el proceso de acreditación, pues les permitió subsanar las dificultades que fueron encontrando. “Valoramos que se haya logrado consolidar el sistema de notificación de eventos adversos y centinelas con un sólido grupo de trabajo a cargo de los análisis y propuestas de mejora”, indica.
En ese sentido, considera que el óptimo desarrollo de las unidades de Calidad y Seguridad del Paciente del país requiere de aprender a trabajar con las bases de la organización asistencial. “Conocer las fortalezas y debilidades de la cultura organizacional de la institución donde se trabaje, de tal manera de intervenir en implementar una cultura de calidad desde esa mirada. Que dicho proceso sea construido desde las bases, donde todos los integrantes del equipo de salud participen y sientan la importancia de su trabajo, para así brindar una atención segura y de calidad y no mirar dicha ‘calidad’ solo como un sinónimo de ‘acreditación’”.
A juicio de la profesional, esta tarea requiere “trabajar codo a codo con los equipos, ser facilitadores, buenos negociadores, que los equipos se capaciten formalmente para asesorar de la mejor manera posible y, por sobre todo, que el propio equipo de calidad esté cohesionado y afiatado”.
El Dr. Rodrigo Contreras Soto, asesor del Departamento de Calidad del Hospital Luis Calvo Mackenna, experto que lleva 16 años trabajando en el área, y actual profesor del Curso Por una Medicina de Excelencia en Falmed, aclara el rol que tienen los referentes técnicos en seguridad y calidad al interior de los hospitales. “El objetivo apunta a mantener la motivación, relevando el tema y manteniendo la alerta, generando una relación con la Superintendencia de Salud y Minsal, las autoridades y también con los hospitales pares, con recintos de la misma especialidad, y también con las redes de la Atención Primaria de Salud”.
El médico releva el exitoso trabajo que desarrollan al interior del hospital pediátrico. “Valoro mucho habernos validado como referente técnico en los temas de calidad y seguridad del paciente a nivel interno. Esto porque nuestro hospital es un recinto docente y prestigiado a nivel nacional. Hoy día se nos consulta nuestra opinión respecto a las materias que implican la seguridad del paciente en el hospital y eso me hace pensar que estamos avanzando de manera importante hacia una cultura de calidad”.
Considera un gran avance lo conseguido en relación a protocolos y adherencia en el recinto santiaguino. “Tenemos protocolizado y además supervisamos y encontramos una alta adherencia a procesos clínicos relevantes para la seguridad del paciente. Aunque esto se produce en parte como efecto de la acreditación, hemos ido más allá y tenemos protocolos que no se miran en el proceso, pero que hemos elaborado en conjunto con los equipos clínicos y también los monitoreamos. Y observamos una alta adherencia al cumplimiento de estas normas técnicas, lo que nos motiva permanentemente”, enfatiza.
Otra mejoría para el Dr. Contreras es la existencia de una buena tasa de notificación de eventos adversos. “Lo cual no significa que seamos peores, ni mejores que nadie. Esto representa que la gente aprendió que es preferible notificar los eventos adversos para aprender y mejorar las prácticas. La gente se atreve a notificar y todos los del equipo hospitalario lo tomamos muy en serio”, asevera.
Coincidente con la especialista de Talca, el Dr. Contreras destaca la importancia de constituir un equipo sólido y estable. “Por eso trabajamos mucho en mantenernos cercanos, tanto en la estructura y en el quehacer cotidiano, como en relación al equipo directivo. Creemos que siempre es importante contar con elementos tecnológicos adecuados, que permitan hacer la labor, con el consecuente seguimiento de los indicadores de los procesos estandarizados para la comunicación de los mismos”.
Como sugerencia a nivel central, llama a estandarizar adecuadamente lo relacionado con el recurso humano para estas tareas. “Sería bueno que el ministerio estableciera que para un hospital de tantas camas se necesita un número determinado de profesionales y eventualmente definir el perfil de los cargos. Todo lo anterior lo sumo a la necesidad de contar con actividades de intercambio coherentes con las necesidades de los establecimientos y las exigencias normativas, de modo de establecer un procedimiento de mejora continua”, concluye.
La pandemia vino a remecer el ya presionado sistema sanitario chileno, y la Subsecretaría de Redes Asistenciales estableció como estrategia optimizar y focalizar los recursos humanos en actividades relacionadas con la vigilancia de los casos COVID-19, la supervisión sobre el uso correcto de prácticas y equipos de protección en el personal de salud, como también acciones relacionadas con el control de las buena prácticas relacionadas con calidad y seguridad asistencial normadas, considerando no prioritaria la medición de indicadores asociados.
A modo de sugerencia, el informe señala que se debe plantear estrategias a nivel de Programa de Calidad y Seguridad de la Atención y también promover la notificación y mejorar los registros de caídas y otros eventos adversos.
Respecto de la aplicación de la lista de chequeo para la seguridad de la cirugía, el informe ministerial agrega que “se hace necesario una revisión y actualización de la norma vigente, considerando la estandarización de la lista de verificación y de la metodología para supervisar la adherencia a la práctica en forma directa, como medida de prevención de riesgos asociados a la cirugía”.
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